Si bien es cierto que la Administración Pública puede presumir de un alto grado de digitalización en sus relaciones con la ciudadanía, también es verdad que su asignatura pendiente es la digitalización interna, como la forma de trabajar y en el modo de gestionar a las personas. Para paliar este déficit, el Gobierno ha decidido destinar 20.000 millones del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia a la modernización y transformación digital de la Administración Pública.

En los últimos años, la Administración Pública española ha liderado la transformación digital del servicio público. El objetivo de dicha transformación es el de aprovechar al máximo el potencial de las tecnologías de la información y las comunicaciones para ofrecer un servicio eficiente a la ciudadanía y a las empresas.
En el campo del intercambio electrónico de documentos, España fue uno de los pioneros en plantear la obligatoriedad del uso de la factura electrónica con sus proveedores, que se estableció en 2015 para facturas iguales o superiores a 5.000 euros. También se han puesto en marcha otras iniciativas como el SII y el SILICIE.

Pero, para llegar a completar su proceso de digitalización, la Administración debe ir un paso más allá y digitalizar la base de todo su funcionamiento: las personas que la integran y su puesto de trabajo. Para conseguirlo, se deben adoptar metodologías de trabajo que han demostrado ser altamente efectivas en otros sectores profesionales.

Una de ellas es el Agile, una metodología de trabajo muy implantada en el sector tecnológico, que persigue la optimización máxima de los procesos de trabajo para ganar en agilidad. Precisamente la falta de agilidad es una de las carencias más destacadas de la Administración pública.

Esta metodología se basa en el principio de que las personas y sus interacciones son más importantes que las herramientas y procesos. Este principio también lo comparte la tendencia del Customer Centric, que pone al consumidor en el centro de todas las acciones desarrolladas en una empresa, que también aplicamos en eDiversa Group.

Además de las metodologías de trabajo, para completar el proceso de transformación digital de la Administración pública hace falta un cambio de mentalidad. Las personas que forman la Administración deben asimilar estas nuevas formas de trabajo y aprender a comunicarse de forma diferente. Para ser efectivo, este cambio requiere de tiempo y de esfuerzo por parte de cada uno de los integrantes de los equipos de trabajo.

Para la culminación de este cambio, es imprescindible invertir en formación de los trabajadores. Solo así el proceso de transformación digital será completo y bien asimilado por parte de las personas. Se debe invertir en dotar a los trabajadores del sector de los conocimientos y habilidades necesarios para ser competentes en el mundo digital. Así se conseguirá motivar al talento y atraerlo hacia este sector.